Han habilitado lugares en el municipio para alimentar a los felinos después de esterilizarlos, lo que implica numerosas ventajas tanto para los animales como para los vecinos

En muchos municipios de Granada, e incluso en la capital, resulta bastante frecuente encontrar en ciertas zonas a colonias de gatos callejeros. Animales a los que muchas personas dan de comer e incluso asociaciones de animales esterilizan para que la colonia deje de crecer y pueda acabar convirtiéndose en un problema. Y para evitar esta situación, en Armilla están comenzando a controlar a las colonias de gatos callejeros y aplicar el método CES.

Una medida que llegó tras proponerlo varios vecinos del municipio metropolitano en los presupuestos participativos de 2021 y que lleva en funcionamiento alrededor de seis meses. Básicamente consiste en llevar a cabo el método CES, que consiste en capturar a los gatos de las colonias callejeras y esterilizarlos para que estas no crezcan más. Además de ofrecerles alimento y brindarles de zonas en las que está prohibido, bajo sanción, molestarlos.

«No fue la propuesta vencedora de entre todas las que presentaron los vecinos, pero como fue una de las más repetidas decidimos llevarla a cabo», explica a IDEAL Sofía Díaz, concejala de Medio Ambiente y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Armilla. Según explica Díaz, para su puesta en marcha cuentan con la ayuda de la protectora de animales, que es la encargada de esterilizar a los gatos y devolverlos a sus colonias, así como de diferentes voluntarios que alimentan a los animales.

«Hemos instalado unos baúles cerca de cada colonia con comederos y bebederos para que puedan comer tranquilos e incluso dormir allí si quieren»

Sofía Díaz – Concejala de Medio Ambiente y Participación Ciudadana

«Hicimos un curso de aprendizaje para quienes quisieran alimentar a los gatos, porque dar comida a los animales callejeros está prohibido y queríamos regularizar esa actividad». De este modo, son esos alimentadores voluntarios los que se encargan de proporcionar comida a las colonias de gatos. «Hemos instalado unos baúles cerca de cada colonia con comederos y bebederos para que puedan comer tranquilos e incluso dormir allí si quieren».

Durante este tipo han identificado y controlado a unas 20 colonias de gatos y junto a ellas se pueden observar el cartel de ‘Zona felina controlada’, en el que informan a los vecinos de que se trata de una colonia de gatos esterilizada y bajo supervisión de personas autorizadas. Entre los beneficios de estas colonias controladas Díaz señala que se eliminan los maullidos, marcajes y peleas, además de mejorar las condiciones higiénico-sanitarias de la zona. Todo ello unido a la mejora de la salud y calidad de vida de los propios gatos.

«Los vecinos están contentos y todo está más tranquilo porque las colonias ya no están creciendo. Ahora mismo contamos con 20 alimentadores y ya tenemos cola de varias personas interesadas en apuntarse cuando volvamos a hacer el curso», cuenta la edil, que asegura sentirse «muy contenta» por como está funcionando la iniciativa. «Ha tardado en arrancar porque requiere de mucho trabajo a nivel burocrático pero estamos satisfechos», finaliza.